sábado, 6 de mayo de 2023

 

 

Entonces, en los tiempos aquellos, tu y  yo con la sonrisa de las palabras
hacíamos la luz de la fantasía con los cuerpos en el deseo.
 
Entonces, en aquellos tiempos, ni la distancia ni la espera  mellaban
el corazón: su hálito, entonces,  eran las sonrisas. Borraban el tiempo
y hacían más esperanza con tus miradas. En aquel tiempo, entonces,
tu nombre estaba más allá de las letras, ni una brizna  para el recuerdo.
Sabía del presente como aliento, una necesidad, la voluntad de vivir.
 
Y de repente, un silencio y el vacío y tu figura desvaída en los colores
de la sombra  con  los pasos a la nada por el olvido: sin tí
y sin el mañana,  vivir es  un  pasar a la espera de volver a        
los ápices del amor , a los rasguños de la duda. ¿Volverá?
 
Como un juego de la edad tardía, será un nombre y repetirá,
como hiciste, con la sonrisa, y vuelta a empezar
para no envejecer, como todas las primaveras:
 ahora y siempre, es el amor que pasa.  

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