lunes, 5 de septiembre de 2016

Viuda de guerra, sufrió lo indecible cuando el silencio por miedo era el único remedio contra tanto dolor y sufrimiento. Y nunca tuvieron ni nombre ni apellidos  ni plaza en esta pobre tierra de Caín. De ahí este homenaje con el epígrafe SIN APELLIDOS en la poesía, siempre tan cercana de las almas desgarradas. 




SIN APELLIDOS: La poesía tiene una sola realidad: el sufrimiento

             - María Colasa.
                                   
                                     Tierra con odio abonada
                                                        Es tierra de angustia y hambre



¿Qué del amor si no odio, cuando la guerra? Rompía  el cielo
Y las súplicas de tu corazón ojeaban hambre,
 soledad y  miserias.

Aullaba el plomo, y  las entrañas sorbían aire
Sin pan y con lágrimas. Xuncías, segabas  y llorabas la  secha del alba,
Antes del amanecer: y nunca llegaba.


Eran ojos fruncidos y manos sarmentosas; hilo y dedal, en la cárcel,
Sin esperanza… ¿Qué de la vida después de la guerra?

Un nombre , desmochado, fue tu condena;
El plomo en tus alas, el camino al Ícaro
Del responso  civil.



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